10 abril 2010

Jesús versus Hércules

Publicado por Grupo Asobe

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Si una persona acepta habladurías y recuentos de creyentes como evidencia histórica de Jesús, entonces ¿no deberían actuar consistentemente a otros recuentos basados igualmente en solo habladurías y creencias?

Por ejemplo, si examinamos la evidencia para Hércules de la mitología Griega, encontraremos paralelos a la “historicidad” de Jesús a un grado tan impresionante que para los defensores Cristianos el negar a Hércules como una persona histórica contradice la misma metodología que usan para un Jesús histórico.

Nótese que el mito Herculeano asimila a Jesús en muchas áreas. La mortal y casta Alcmena, la madre de Hércules, dio nacimiento a él mediante una unión con Dios (Zeus). Igual que como Herodes deseaba matar a Jeús, Hera deseaba matar a Hércules. Como Jesús, Hércules viajó por la tierra como un mortal ayudando a la humanidad y realizó varios milagros. Así como Jesús quien murió y ascendió al cielo, Hércules murió, y ascendió al Monte Olimpo donde se conviritó en un dios. Hercules da ejemplos de posiblemente el héroe más popular en la Antigua Grecia y Roma. Ellos creían que él realmente había vivido, contaban historias sobre él, lo adoraban, y construían templos en su nombre.

Igualmente la “evidencia” de Hércules se asemeja mucho a la de Jesús. Tenemos personas históricas como Hesiodo y Platón que mencionan a Hércules en sus escritos. Así como los evangelios narran la historia de Jesús, tenemos las historias épicas de Homero que narran la vida de Hércules. Esopo cuenta historias y cita las palabras de Hércules. Así como tenemos una breve mención de Jesús por Josefus en sus Antigüedades, Josefus también menciona a Hércules (más veces que a Jesús), en el mismo libro (ver: 1.15; 8.5.3; 10.11.1). Justo como Tácito menciona a Christus, él mismo también menciona a Hércules en muchas ocasiones en sus Annales. Y más importante, así como no tenemos artefactos, escritos o testigos presenciales sobre Hércules, tampoco tenemos sobre Jesús. Toda la información sobre Hércules y Jesús proviene de cuentos, creencias y habladurías. ¿Debemos entonces creer en un Hércules histórico, simplemente porque los historiadores antiguos lo mencionan y porque tenemos cuentos y creencias sobre él? Claro que no, y lo mismo debe aplicar para Jesús si buscamos mantener alguna consistencia en el estudio de la historia.

Algunos críticos dudan que un Jesús histórico se pudiera desarrollar de un mito porque ellos creen que no hay precedente para ello. Tenemos muchos ejemplos de historias reales que se convierten en mitos, ¿pero y de manera inversa? Esta duda fracasa a luz del ejemplo más obvio — las mitologías Griegas donde los escritores Griegos y Romanos incluyendo Diódoro, Cícero, Livy, etc. asumieron que debió haber existido una raíz histórica para figuras como Hércules, Odiseo, Minos, Dionisio, etc. Estos escritores pusieron a sus héroes míticos en una línea del tiempo inventada. Herodoto, por ejemplo, intentó determinar cuándo había vivido Hércules. Como lo revela Robert M. Price, “Ese intento se ganó el nombre de Euhemerismo, de Euhemero, quien lo originó” (Price, p. 250)

Las personas consideran a Hércules y a otros dioses Griegos como mito porque las personas ya no creen en los cuentos Griegos y Romanos. Cuando una civilización muere, también lo hacen sus dioses. El Cristianismo y sus autoridades, por otro lado, aun mantienen una influencia poderosa en los gobiernos, instituciones, y colegios. Cualquiera que haga investigación sobre Jesús, incluyendo los escépticos, les conviene aludir a la existencia de Jesús o estarían arriesgando sus patrocinios futuros y dañarían su reputación o temerían ser avergonzados ante sus amigos o colegas Cristianos. El Cristianismo depende de su capacidad de establecer a un Jesús histórico y lo defenderá, a toda costa, inclusive cuando sea sobre las fuentes menos confiables. Los fieles quieren creer en Jesús, y la creencia por sí misma puede crear barreras intelectuales que se propagan inclusive en el pensamiento ateo y secular.

Tenemos tantos profesores Cristianos, teólogos e historiadores “expertos” alrededor del mundo que nos dicen que debemos aceptar a un Jesús histórico que si se repite lo suficiente, tiende a convencer hasta a los escépticos más duros. El establecimiento de la historia nunca debería residir exclusivamente en las palabras de los “expertos” o simplemente porque un estudioso tiene una reputación como historiador. La revisión histórica aun no alcanza la confiabilidad de la investigación científica (y de hecho, la ignora muchas veces). Si un estudioso hace una aseveración histórica, su afirmación debería depender primordialmente de la evidencia misma y no solo porque él o ella lo dice. Los hechos no requieren creencia. Las creencias pueden vivir cómodamente sin evidencia en absoluto, sin embargo, los hechos dependen de la evidencia.


Bibliografía:
Price, Robert M.,” Deconstructing Jesus,” Prometheus Books, 2000
Original de Dios es imaginario



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