27 agosto 2010

Sociópata, el asesino de Pepito Grillo

Publicado por Deva

Poco se sabe realmente de las personas con un trastorno de personalidad antisocial (TPA). Se los confunde con otros enfermos como son los psicópatas, esquizofrénicos...
Un sociópata no es capaz, o no quiere, de aceptar las normas sociales establecidas, al igual que las leyes. Con esto, una persona con TPA no tiene un Pepito Grillo, no tiene sino una moral propia, ajena y diferente, en mayor o menor grado, a la del resto de la sociedad.
El sociópata no es empático ya que, aunque sí puede percibir los sentimientos de su interlocutor, son extraños para él. Sería como pedirle a un ciego que se exalte con las pinturas de Van Gogh.

Una de las características que más llama la atención es el hecho de como miran estas personas. Más allá del individuo, más allá de sus ojos, miran el alma de cada uno, la examinan, miran sus ojos, cómo se mueven, la gesticualción de las manos, la pronunciación,... porque, si en algo es experto el sociópata, es en analizar a las personas como cosas predecibles. Lamentablemente, rara vez fallan, y rara vez son felices.
En esta búsqueda de la felicidad, el sociópata tiende a confundir placer con felicidad, lo que hace que caiga con frecuencia en conductas drogodependientes y busque el placer de maneras muy diversas.
En mi opinión, todos tenemos, en mayor o menor grado, un sociópata dentro que odia alguna regla social establecida, o que odia las multitudes, o es amante de la soledad. Y es que considero que, si bien el hombre es gregario y se anula a favor de la sociedad, el sociópata es la oveja negra, la que molesta a las demás, la que no se deja guiar por el perro, y acaba siendo devorada por el lobo.