17 agosto 2010

Sondaje

Por Daniela Ibaceta



Hoy quise imaginarme el mundo desde abajo. Desde la incertidumbre que los rodea, desde la desesperanza que se escapa. Quería imaginarme lo que están sintiendo, lo que ven, lo que huelen, lo que escuchan y lo que no. El ruido de las máquinas perforando, los pasos de los suyos sobre el cielo. Quería unirme a la causa, aportar mi granito de arena y decirles que estoy con ustedes a mi manera. Que los pienso, que los convoco, que los hago míos. Tenía la mejor intención de narrar ese mundito que para mi padre está siempre tan cerca y que sin pretensiones, me importa. No me faltaron las ganas de poder inventar lo que se siente estar al nivel del mar bajo una montaña oscura y tupida, bajo un cielo sin estrellas.

Quería imaginarme el mundo que vives allá abajo, que sufres, que piensas, que ves, que hueles, que escribirías, que sueñas si es que sueñas. Quería inventarle mil finales a tu historia, sentir el abrazo de tu hijo, la sonrisa de tu madre, las lágrimas de tu esposa y el aplauso de la gente. Sentarme a tu lado y compartir un té en la fogata, mostrarte lo que pasó durante tu ausencia. Te juro que quería. Pero por más que lo intenté, los borradores de mis textos se leen llenos de nada, distantes y ajenos.
Yo quería escribir un cuento sobre tu historia y que lo tuvieras a mano para hojearlo. Quería acercarme escribiendo, pero cada palabra sube, se eleva, se pierde en el viento. Tu estás esperando en la otra dirección.