22 septiembre 2010

El fin de una era

Publicado por Deva


La política en el país español se ha acabado, el fin de la democracia lleva gestándose desde que acabara la dictadura y ahora el sistema se desmorona.

España no sabe jugar a la democracia, los votantes se amontonan y se enorgullecen de votar a dos partidos políticos que son, sino lo mismo, algo muy parecido. La ideología democrática ha muerto, cualquier voto a uno de los dos partidos no mayoritarios se traducirá en un voto eliminado y depurado del sistema que no hará sino engrandecer a los otros dos.

Mientras, fascistas apoyados en épocas económicas (que no sociales) mejores se quejan de la democracia. Los racistas buscan cobijo en la estadística, a la sombra de "no es que lo diga yo, lo dice la estadística, los de tal o cual nacionalidad delinquen más". Los terroristas declaran que ya no les importa la independencia de sus tierras sino el dinero.


Los sectores críticos se radicalizan o cayan sus voces.

Ahora, lamentablemente, habrá que buscar un nuevo rumbo:
  1. La economía no puede seguir siendo una ideología ni una fe, como es ahora. Ha demostrado ampliamente su inoperancia en el terreno humano. Las personas no son números, ni nóminas, ni recursos humanos, sino que son personas.
  2. La democracia, lamentablemente, está corrompida. Las personas que votamos y las que no lo hemos hecho.
  3. El modelo de producción capitalista ha demostrado que ya no le queda más vía que la esclavitud para su supervivencia. Eso sí, llamémosle "deslocalización productiva" y no "sobreexplotación de mano de obra esclava en países subdesarrollados".
  4. La iglesia debería mover ficha en este tablero que es el nuevo orden mundial. O está con los ricos y muere, o se adapta a las necesidades de la sociedad actual y muere. (donde digo muere me refiero a que cambia su forma y su creencia de forma sustancial y por tanto su ideología y fe se prostituyen y cambian su mensaje original).
Por mi parte, sólo espero que toda esta reconversión del capitalismo (la cuarta) acabe pronto y nos deje ver hasta que punto puede el capital someter las mentes adocenadas. Sea cual sea el resultado, lamentablemente, anticipo la respuesta de que será odioso.