19 septiembre 2010

Pasivo.


Estoy lanzado en un sofá viejo gastado por marcas de cigarro, observo mi muñeca izquierda, pienso un bajo instinto.

Todo me da vueltas, observo el techo de madera, cierro los ojos y repentinamente logro unirme a dos ideas: una que estoy ebrio y que a fuera de mi casa, de mi lugar, de mi mundo, de mi mente, de mi alma, en este mismo instante, están, también, corrompiendo lo poco que queda del mundo. Yo sólo me quedo estático soñando, anhelando...aún con lo que le quiero hacer a mi muñeca.


Una porquería de tierra heredarán mis bisnietos, comienzo a pensar, las noticas del diario amarillista dominan mis pocas neuronas andantes. Me quiero creer todo lo que dicen, quiero pensar que existen los buenos y los malos, como si de verdad, existiera eso de líderes no burócratas. Soy uno más y creo lo que relata el periodista chileno español. Una guerra esta iniciando, un hijo mato a su padre y su hermano mayor cobra venganza, trabajadores explotados parecen felices, a pesar de que su campo laboral nunca fue fiscalizado, unos honorables diputados mandaron un proyecto de ley...que todos creen que es una justa ley, pero yo... sigo observando mi muñeca.


Soy consciente, pero poco consistente.


Ignoro la hora que pueda ser, quizá, quiero apostar que estoy entre las 3 de la tarde o 2 de la mañana...no sé, aquí, con "Sofá" siempre nos quejamos que esta oscuro, aunque muchas veces pienso que es mi mente.


La cabeza me duele, observo unos metros más allá o más acá, nunca he entendido eso de las distancias, para mi todo SIEMPRE esta lejos, de todas maneras, hay un whisky, lo único caro del lugar y lo único bueno entre la televisión el periódico y yo, (pero NO lo único vacío); en este instante es LO que la economía no me puede quitar, excepto si abrimos más el mercado. Sueno social...sueno tan mentira, y tan discurso barato.

Cuando era niño pensaba en ser un samurái, quería salvar al mundo...hoy pienso en si existe alguien que pueda salvarme primero.

Algo de las noticias rodea mi cabeza, algo de alcohol mi mente y algo de movimiento mi cuerpo.

Me quiero engañar y aceptar el cuento del sistema social, quiero hablar de manera fácil de los derechos humanos, me la creo y grito que me pondré a pelear, pero, antes de reaccionar todo da vueltas, todo se nubla, todo comienza apagarse y lo última que veo es mi muñeca con sangre, la gota se pasea por todo el antebrazo, me preocupo de no manchar el sofá, mareado tomo una hoja de periódico que dice al costado de la portado "Joven muere a manos de un suicidio, pasivo, mental"