01 noviembre 2011

El ardiente juego de Stallone

El ardiente juego de Stallone

Lugar de placeres interrumpidos. El desaparecido cine Greta Garbo fue un icono de la Guadalajara outsider. En su pantalla, viejos “clásicos” del porno tuvieron sus más intempestivas actuaciones. No se salva Sylvester Stallone, quien en un inocente partido de tenis, hace suyo el término match point
Abandoné mis visitas hace más de diez años. En ese largo tiempo me llegaron noticias: una tarde, sobre las oscuras sombras consuetudinarias, se derrumbó parte del segundo piso, provocando alaridos y susto; hace unos días me informaron que el legendario cine está en venta. A mi llegada a la ciudad —hace veinticinco años—, durante toda una semana en la sala Greta Garbo se exhibieron filmes de corte erótico y, acto seguido, el recinto se convirtió en un cine porno, donde tarde a noche las esquivas sombras se adentraron con falsa vergüenza y real lujuria anticipada.
El Greta Garbo fue, durante algunos años, una de las pocas salas cinematográficas que se acomodó en el gusto de la comunidad cultural tapatía, porque se podía ver cine de arte. La debacle —que hoy parece definitiva— llevó a sus dueños a convertirla en un espacio donde la oscuridad era iluminada de manera opaca: allí el sexo era una forma de ritual, un atrevimiento para aquellos hombres faltos de una mujer (real), y una falla en su claro sentido de contacto con las damas. El Greta, entonces, fue el refugio prohibido; el alimento de una libido decaída o nula… seguramente muchos encontraron entre la sillería hedionda una forma de contemplar no el erotismo, sino el sexo “concreto” de la pantalla. (Ver más...)