Como un exiliado
camino por las callejuelas
de la cuidad más antigua,
la primera en nacer.
Mi alma va delante de mí,
vacilante y ansiosa.
¿Qué la perturba?
¿Su abandono o su búsqueda
de una nueva morada?
Allí estoy, sonámbula,
huérfana y vencida.
Añoro la playa y las altas colinas
y aquella barca azul
que cerca de la costa
está esperándome.
- Ella dijo...-
- Espera son las 6, a la hora acordada, de acuerdo?...-
No comprendes que es necesario matarla?
La pregunta flotó en la quietud de la noche pareció permanecer un momento inmóvil en el aire y por fin se alejó hacia el Mar Muerto...
- Escuché de trás de la compuerta y el viento sobre mi rostro quemado, morado y brotó un esbozo de lágrimas y caer... La rabia contenida, con el puño apretado, sin morder labrio, entré.-
¡ ya no quedan locos, se murió aquel manchego, estrafalario fantasma en el desierto. Todo el mundo esta cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo!
(...)
2 comentarios:
me gusta el ambiente de lo errante en lo que leo en tu prosa
saludos buen texto
Interesante narracion breve, mas bien una sucesion de actos sugestivos que no podria comprender aunque de ello dependiera...cuida y pule tu escritura
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