El cuco común
Las hembras de esta especie depositan un único huevo en el nido de otras aves. Cuando el pequeño cuco sale del huevo se encarga de matar a los polluelos de la especie parasitada, o se deshace de los otros huevos si estos aún no han eclosionado, con el fin de acaparar todo el alimento que la desafortunada "madre adoptiva" se encargara de traer de forma regular, alimentando, sin saberlo, al "asesino" de sus hijos.
La avispa parásita
Para reproducirse, las hembras de este insecto inyectan sus huevos en el interior de orugas vivas. Las larvas de la avispa crecerán en el interior de su huésped alimentándose de sus tejidos para finalmente salir al exterior perforando el cuerpo de la oruga y tejiendo sus capullos de crisálida sobre el infortunado animal. Lo más sorprendente es que la oruga herida dedicará sus últimos momentos de vida a tejer una capa protectora sobre las crisálidas de la avispa y defenderá a sus parásitos de posibles atacantes hasta que finalmente muere lenta e irremediablemente sin transformarse nunca en mariposa.