Cosas que pasan en Chile en días post terremoto

En aquellos buenos años de  mediados del siglo XX, donde aun primaba una amistad libre de grabaciones de  radios Kioto  por la tv y acusaciones de intervenciones telefónicas entre partidiarios de una coalición política, donde un Miguel Serrano podía ser amigo de Salvador Allende, de un demócrata cristiano, de un sacerdote y de un anarquista sin tapujos,   donde se forjaba una vida política practicada por  mamíferos políticos al aire libre y no de rebaños idiotizados por la teleserie y el noticiero de las 9 PM,  lo mas probable que el electo Presidente de la República  se habría despojado de su calzado y  lo hubiese ofrecido al indigente en silla de ruedas que alzaba su desnuda y rota mano por unos  cuantos pesos de los transeúntes.....  en épocas del calador frío santiaguino se hubiese despojado de su abrigo de gabardina y se lo habría ofrecido al pobre que ruega por una piltraja... 

Si el electo Presidente  hubiera postergado por  algunos minutos sus católicas obligaciones  antes de ir al funeral del joven dirigente gremialista siniestrado por lo efectos del terremoto en pos de tener un genuino contacto con el menesteroso lisiado, no habría hecho el soberano ridículo para las cámaras de televisión buscando $200, $1000 a lo sumo para ofrecer al adefesio,  dinero dado del puño de un colaborador al Presidente  electo y este  directo al bolsillo del deshilachado pantalón del menesteroso...... 

Le hubiera dado pega (los corazones de la gallada seducida por el millón de empleos hubiesen quedado aplacados en un feliz arrullo).... un kilo de pan de la panadería mas cercana (me recuerda una idea de  mi amigo Yerkobits) tan dificil no se presentaba el escenario antes de ir a misa,  unos minutos de conversación, contactos, telefonía móvil  y habría ejecutado el acto mas filantrópico y bello nunca antes visto que nos habría hecho enamorarnos de ese hombre y a poner a moros y cristianos bajo su guía......

Pero al electo Presidente, que asumirá su cargo en días,  sólo se le ocurrió  dar unas monedas, tal como se paga al parqueador de autos..... con en esa indiferencia inhumana de especulador para deshacerse de la chusma y rápido...

Apenas retirado el Presidente de la República electo con su horda de periodistas canes en celo, el lisiado se levantó a lo Lázaro y se retiró caminando con su silla de ruedas ante la mirada atónita de la cámara de televisión...


Ambos habrán quedado satisfechos, el cándido embaucador de la silla de ruedas capaz de timar peces gordos y el Presidente de la República electo después de tamaña demostración de gratuita y vacua generosidad televisada,  mientras El Sur  Derruído tras  el terremoto cifra sus esperanzas en su capacidad de liderazgo y su caridad de proactiva niñera esmerada.