06 noviembre 2011

Verá un túnel? Es un truco mental

Estudio determinó que la sensación que se percibe antes de morir es "un truco mental"

Los investigadores explicaron que las experiencias son una reacción del cerebro provocada por un evento traumático.
La doctora Caroline Watt aseguró que "nuestros cerebros son muy buenos para engañarnos".

La Universidad de Edimburgo, en conjunto con Escocia y el Consejo de Investigación Médica en Cambridge, Inglaterra publicaron una investigación sobre las experiencias que han pasado diferentes personas con la muerte, llegando a la conclusión que las sensaciones que se perciben antes de fallecer es "un truco mental".

"TodaImagens son manifestaciones de funciones cerebrales normales que se han salido de control" dicen los científicos, según publica laBBC.

Los investigadores encontraron que los diferentes fenómenos que experimentan las persona que han estado a punto de morir, son"trucos de la mente y no un vistazo a la vida en el más allá" o "eventos paranormales".

"Nuestros cerebros son muy buenos para engañarnos", aseguró la doctora Caroline Watt, que es parte de la investigación.

La doctora agregó que casi la totalidad de estas experiencias son una reacción del cerebro provocada por un evento traumático.

"Algunos de los estudios que analizamos muestran que muchas personas que tienen experiencias cercanas a la muerte no estaban en realidad en peligro de morir, aunque muchas pensaron que sí estaban", aclaró la investigadora.

"La evidencia científica sugiere que todos los aspectos de una experiencia cercana a la muerte tienen una base biológica", concluyó.

01 noviembre 2011

El ardiente juego de Stallone

El ardiente juego de Stallone

Lugar de placeres interrumpidos. El desaparecido cine Greta Garbo fue un icono de la Guadalajara outsider. En su pantalla, viejos “clásicos” del porno tuvieron sus más intempestivas actuaciones. No se salva Sylvester Stallone, quien en un inocente partido de tenis, hace suyo el término match point
Abandoné mis visitas hace más de diez años. En ese largo tiempo me llegaron noticias: una tarde, sobre las oscuras sombras consuetudinarias, se derrumbó parte del segundo piso, provocando alaridos y susto; hace unos días me informaron que el legendario cine está en venta. A mi llegada a la ciudad —hace veinticinco años—, durante toda una semana en la sala Greta Garbo se exhibieron filmes de corte erótico y, acto seguido, el recinto se convirtió en un cine porno, donde tarde a noche las esquivas sombras se adentraron con falsa vergüenza y real lujuria anticipada.
El Greta Garbo fue, durante algunos años, una de las pocas salas cinematográficas que se acomodó en el gusto de la comunidad cultural tapatía, porque se podía ver cine de arte. La debacle —que hoy parece definitiva— llevó a sus dueños a convertirla en un espacio donde la oscuridad era iluminada de manera opaca: allí el sexo era una forma de ritual, un atrevimiento para aquellos hombres faltos de una mujer (real), y una falla en su claro sentido de contacto con las damas. El Greta, entonces, fue el refugio prohibido; el alimento de una libido decaída o nula… seguramente muchos encontraron entre la sillería hedionda una forma de contemplar no el erotismo, sino el sexo “concreto” de la pantalla. (Ver más...)

MANUAL PARA PERVERSOS


La Tecampana.
José I. Delgado Bahena

A Óscar, de niño, su padres lo ponían a vender cajitas de arroz (un pan elaborado con arroz molido que se vende en un molde rectangular, prendido por dos palillos de zacate) a un lado de la presidencia municipal; después, cuando estudiaba la secundaria, en la Ignacio Altamirano, aprovechaba sus horas libres, por las tardes, para ayudarle a Rufino en su expendio de mole rojo, típico de la región, y sacaba sus buenos centavos de aquel entonces.
Después, cuando decidió irse a la Ciudad de México, para cursar la escuela preparatoria con el fin de lograr el pase directo a la UNAM, y estudiar la carrera de abogado, se dedicó a promover, entre sus compañeros y maestros, las tradiciones de su pueblo natal y organizaba excursiones los fines de semana para que vinieran a visitar las famosas piedras de la Tecampana y conocieran la danza de los diablos.
Por eso, con motivo de haber terminado su carrera, el grupo de Óscar, compuesto por veintidós muchachos, entre hombres y mujeres, visitaron Teloloapan; pero, cuando subían por el cerro para llegar al lugar de las rocas cantarinas, Sandra resbaló, y Óscar, yendo a su lado, de casualidad, no tuvo más remedio que abrazarla, para evitar que cayera, y sus manos quedaron justo sobre los pechos de ella.
−Pinche Óscar –le dijo Sandra−, ¡qué manotas tienes!
−Perdón… −respondió él, sonrojándose.
−No. No te preocupes güey: me gustó.
Óscar sólo sonrió. De por sí, entre su familia: los Salgado, tenían fama de ser mujeriegos; “Para conservar la sangre”, decían. Con eso fue suficiente para que, los que observaron el incidente, lo comentaran en la noche mientras realizaban una lunada en el patio de la casa de Óscar quien, como anfitrión, organizó ese convivio entre sus compañeros de la facultad. (Ver más...)