27 julio 2009

“Situación de la donación de órganos en Chile: un tema que debe ser atendido con urgencia”.

Publicado por Grupo Asobe

La experiencia de saber que un conocido, amigo o familiar se encuentra al borde de la muerte por la falta de un órgano para poder vivir, es algo que sin lugar a dudas es algo que conmueve y es una situación que no se llega a comprender a cabalidad sino se experimenta en carne propia. Aquella espera de un donante que no se sabe si realmente llegará, se hace eterna, y no solamente para la persona que necesita del trasplante sino que también a la familia que sigue día a día el sufrimiento y hasta a veces la falta de esperanza que es entendible que se sienta.

Pues, bien, hace algunos meses atrás fuimos testigos como opinión pública de casos emblemáticos de niños que tenían toda una vida por delante y que murieron trágicamente porque no había donantes u órganos que les ayudará a seguir viviendo normalmente. Cuando situaciones de esta naturaleza ocurren generen impacto en la sociedad y la sensibiliza al punto de provocar cuestionamiento y reflexión como grupo humano, y la más importante es acerca del panorama legislativo que reglamente lo que es la donación de órganos en nuestro país.

Actualmente, toda persona puede ser donante mientras no padezca de Sida, cáncer con metástasis o infecciones graves puede donar sus órganos; la salvedad la constituye los menores de 18 años y los incapaces legalmente deben contar con la autorización de sus padres o representante legal Los potenciales donantes pueden dejar constancia de su deseo al momento de sacar o renovar la licencia de conducir en cualquier municipalidad o cuando obtengan cédula de identidad, en cualquier oficina del Registro Civil.

También se puede declarar la intención de ser donante en una notaría y si una persona es internada en un recinto hospitalario, ante el director o el delegado respectivo. Pero en definitiva esta manifestación de voluntad no queda firme e irrevocable (como uno podría hacer un símil con el testamento al momento que el testador fallece), ya que la familia es quién finalmente decide si el supuesto donante va a donar sus órganos. Aquí nos encontramos con el principal escollo que tiene la ley sumado con un dato práctico que los donantes no alcanzan a cubrir el número de personas que necesitan del trasplante.

Según datos aportados por la Corporación del Transplante en el año 2006, Chile alcanzó por primera vez los 10 donantes por millón de habitantes, pero el 2007 hubo una baja a 8,1. Esto está lejos de los 34,3 que mostró España en el mismo período o de los 23,9 de Portugal. De los 303 donantes potenciales detectados en el 2007, un 56% se pierde. Para la Corporación del Transplante la cifra a la que se puede aspirar es menor al 30%.

Las principales causas de pérdidas de los donantes potenciales durante el 2007 fueron la negativa de la familia (el punto que habíamos ante señalado) y el mantenimiento de donante. Ésta última constituye una de las principales críticas que ha manifestado la Corporación, ya que no existe un organismo que se encarga a receptar los órganos que son donados y a la mantención, ya que no se ha establecido una institucionalidad en las labores, que prácticamente se realizan por la buena voluntad de los funcionarios. Tal como lo afirma el director de la Corporación del Transplante, Dr. Javier Domínguez se debe a la falta de una estructura administrativa, de una política a nivel nacional y de la incorporación del procuramiento de órganos como una actividad más de todos los hospitales . Las labores de coordinación de los centros de procuramiento (hospitales y clínicas) son realizadas mayoritariamente por voluntarios, quienes realizan la tarea de detectar posibles donantes, velan por la coordinación interna del hospital y dan aviso a las instituciones involucradas en un trasplante, entre los que se incluye la misma Corporación del Trasplante y el Instituto de Salud Pública. Estos coordinadores, sean voluntarios o no, reciben capacitación para trabajar este tema con las familias involucradas”.

De modo que nos encontramos ante un escenario bastante desalentador, y existe una urgencia de reformar las leyes vigentes que rigen la materia. Ya se han presentado ciertas modificaciones que intenta corregir el problema acerca de la voluntad por parte de algunos parlamentarios que pretenden, por ejemplo, que todos los chilenos seamos donantes a menos que manifestemos lo contrario.

Sin embargo, todavía estas propuestas están “dormidas en el congreso”, y se requiere agilizar el proceso de reformar a fin de atacar los problemas del consentimiento del posible donante y establecer un órgano administrativo que tenga la tarea al interior de los hospitales de captar y procurar que estos órganos lleguen de manera rápida y eficaz a las personas que la requieren, y no esperar que nos avergoncemos todos como sociedad y al mismo tiempo lamentar decesos en nuestro país por falta de donantes.