03 enero 2008

Preludio de fuego a la luz de una última luna oscura I

Publicado por Grupo Asobe

Con dedicación eterna a un alma que vive a partir

De mis recuerdos más íntimos.

Hubo un tiempo en que la luz que se desprendía desde el balcón, ambientaba en un descenso trágico aquellos rincones que las velas no lograban cubrir, penetrando lugares de eterna oscuridad. Solían ser inmensas horas de iluminación continua, y mi joven presencia permanecía inmóvil, esperando contemplar un tierno crepúsculo venidero, de aquellos tiempos y años fugases, en que la nitidez de las horas, purificaba nuestra perspectiva.

Soñar bajo ese dulce verano silencioso, me era grato, pero aun mi alma se mantenía estéril, no puedo tolerar tanta soledad inmersa en mis días calidos, pensaba en amores que nunca tuve para amenizar mi entorno, pero no bastaba para que este dichoso pensamiento estuviese en pie por mucho tiempo. Antiguo, imperante, fuera de las cenizas, arderán mis sueños en una brasa tenue y acogedora.

Luego de toda luz, lejos de toda posible salvación, me refugie en una antigua poesía delicada, las horas entrantes no me permitían perforar fuera del silencio, aquella melodía celestial, música de las esferas que provenía de violines, mi viejo violín, resignado al desuso. Más allá de la nitidez de mis notas, sentía desenvolverme en un profundo mar, y mi corazón ardía en pedazos desprendidos, como la ardiente braza, las últimas velas serán testigos de ese amor que tanto profeso y que nadie ha sabido mirar. Lejos de mi salvación el aislamiento paulatino que me acerca al olvido de mi propia existencia. La noche que comenzó a desenvolverse, traía de la mano, inminente desazón como para levantar mis ideas y exaltarlas a lo superior, categorías arcaicas. Solo soy un pobre y abandonado poeta, no necesito ser amado para poder escribir versos lujuriosos, dedicado a elfas y hermosos ángeles, mi delicado amor terrenal inexistente. Solo vislumbrar aquella luna semidesnuda que se eleva misteriosa en un opaco encantamiento visual. Claro de luna oscura, lejana e intensa, alzando tus brazos a la gloria de estas palabras, como un lucero ilusorio que nace a través de líricas apasionadas. Y ver en ti aquella mujer que se funde en mis labios, torrente que en sus ojos vislumbro perlas esmeralda que me sumergen en un abismo. Y desearte mas allá de mi existencia, en ti no hay verso en vano, o palabras que te cubran de tentación.

Todo aquello que conozco y percibo, es irreal comparado con la grandeza profanada de eras arcaicas, llamado dedicación. Dejo en versos, desterrado de mis ilusiones, la luz de una ultima luna oscura.

1 comentarios:

Matías Irarrázabal dijo...

creacion cortesía del señor x

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