07 octubre 2009

El "sentido religioso" es absurdo

Publicado por Grupo Asobe

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por Pelayo García Sierra


La “persona pública”, el héroe político por ejemplo, encontrará el sentido de su vida en el contexto de las grandes configuraciones sociales dadas en su pueblo, o en la humanidad; la “persona privada” encontrará el sentido de su vida en el contexto de otras personas invididualizadas con nombre propio. En ningún caso cabe a priori inclinarse por una u otra alternativa suponiendo, por ejemplo, que es más “pleno” el sentido de una vida individual “consagrada” a la vida social, al Estado, a la ciencia o a la Humanidad, que el más “humilde” sentido de la vida que se mantiene exclusivamente en el recinto de su inmediata vecindad. La aparente mayor trascendencia de lo primero quedaría compensada por su indeterminación.
(…)
La idea del sentido de la vida suele ir referida a la totalidad de sus partes (…). El sentido límite de la vida aparece en el momento en el momento de la totalización y esta totalización equivale puntualmente (puesto que no cabe concebir un todo sin partes) a un entretejimiento de unos sentidos particulares con otros sentidos particulares. Sólo en función de un tal entretejimiento parece que podría hablarse de un sentido global (…), el que anuda a los demás sentidos, coordinando o desgarrando los sentidos particulares. El sentido global de la vida, así analizado, se cruza con la idea de religación, hasta confundirse con ella (…).
Lo esencial para que se mantenga el concepto de religación [nexo o relación (trascendental) de alguna entidad dada (acción, proceso, incluso sustancia) con otras entidades] es que el sujeto de la misma (…) sea la naturaleza viviente, o dicho de otro modo, que el sujeto religado sea la vida humana. Y recíprocamente, en general, que la vida humana, si tiene sentido, es porque es una realidad religada.
(…)
Algunos (…) han intentado, movidos por intereses ideológicos confesionales, utilizar la idea de religación para definir filosóficamente religión en cuanto dimensión trascendental del ser humano, aprovechando la etimología tradicional que enseñaron Lactancio y otros, según la cual religio significa religatio (…): “la religión es la que confiere a la vida humana su sentido, su religación” (sobreentendiendo, desde luego, que “religion” significa “religación del hombre con Dios”).

(A) Aunque pueda afirmarse que la religión es una forma de religación, de ahí no se infiere que la religación sea siempre religiosa.

(B) Aunque pueda defenderse la tesis de que la religión es una religación, sin embargo, es gratuito entender la religación religioso como religación entre el hombre y Dios (el Dios “terciario”).
Más aun, esta religación es absurda en cuanto fundamento de una religación positiva, y ello sin perjuicio de la etimología que suele atribuirse convencionalmente al término religión; que por lo demás (si nos atenemos a la definición de Festo) ni siquiera significaría (…) una religación estricta entre entindades vivientes o personales, sino una religación o atadura entre cosas impersonales (…). El término religatio aludiría a ciertos nudos de paja (…).