10 octubre 2010

Cómo el Parecer se convierte en Ser.

"Cuando un hombre pretende parecer algo durante mucho tiempo y con empeño, le resulta difícil acabar siendo otra cosa."
Friedrich Nietzsche

En definitiva, el actor no puede dejar de pensar en la impresión que causa su persona y en el efecto escénico en general ni siquiera cuando siente el más hondo dolor, incluyendo el entierro de su hijo, por ejemplo: llorará por encima de su propio sufrimiento y de sus manifestaciones como si fuera un espectador de sí mismo. El hipócrita, que desempeña siempre el mismo papel, termina dejando de ser hipócrita; de este modo, los sacerdotes que solían ser hipócritas en su juventud, conscientemente o no, acaban comportándose con naturalidad, y entonces es cuando son realmente sacerdotes, sin afectación alguna; o si no consigue el padre comportarse así, probablemente herede el hijo su costumbre, beneficiándose del esfuerzo paterno. Cuando un hombre pretende parecer algo durante mucho tiempo y con empeño, le resulta difícil acabar siendo otra cosa. La profesión de casi todos los hombres, incluyendo a los artistas, empieza por una hipocresía, por un imitar exterior, por un copiar lo que produce efecto. Quien lleva siempre la misma máscara del gesto amistoso acaba adquiriendo la actitud benévola sin la que no puede darse la manifestación de la cordialidad, y cuando dicha actitud acabe apoderándose de el, será benévolo.