26 marzo 2010

Por ese imbecil ausente

Publicado por Grupo Asobe

La silueta de ese, que hace unos segundos había sido su mundo, se difuminaba lento. Una mezcla del contraluz y del agua acumulada en los ojos no deja ver claramente su espalda y consigo deja marcado el último recuerdo como algo incomprensible y difuso. Juraría que la vi disimular la ilusión rota, pero pierdo la seguridad en cada segundo que pasa. Entregar el corazón tiene más riesgos no advertidos que beneficios conocidos. Renunciar a algo tan propio para servirlo sabroso y a punto en su mesa es algo demasiado difícil de asimilar. Tanto así que estoy segura de que no se dio cuenta de que hasta le faltó revisar el diez por ciento que le correspondía por la buena atención.



Creo que alguna vez recorrí el mismo camino. Tropecé con las mismas piedras que ella está pisando en este momento y no tengo en mi bolso ninguna advertencia o ruta alternativa que ofrecer. Dicen siempre que se aprende en la marcha, pero nunca advierten el daño que provoca a diario esa lección. Ojala pudiera darle un poquito de mi tranquilidad, por lo menos para que logre conciliar el sueño y lo exilie de esas visiones que al despertar se transforman en pesadillas.



Ayer ella intentaba explicarme cosas que aún no comprendía y no se de donde sacar consejos esta vez. Creo que estamos en ese momento del dolor donde sabemos que no podemos hacer nada más que aliviar las contracciones con analgésicos y dejar la verdadera cura para otro momento en el que el cuerpo esté más firme y dispuesto a asimilar la enfermedad. Porque eso es lo que él es, una enfermedad. Peor que el rota virus y mucho más extenuante que perder la muela del juicio. Es una de esas enfermedades que no todos se atreven a entender como tal, por lo que acudir al doctor es algo que pasa por una gran indecisión en su primera etapa.



Es como olvidarse de que si el agua de la olla se agita de burbujas no debemos meter la mano, o simplemente olvidar que la luz roja significa no cruzar. Es dar vuelta la vida y meterla en un saco de paradigmas donde ese amor pasa a ser el centro de todo; un estilo de antropología donde el icono humano es perfectamente imperfecto y es él.



Si escribo esto es para decirle que a mi si me importa y que mientras intenta remendar los recuerdos, yo intento poner un parche curita en la herida. El amor que puedo ofrecerle no calza en el vacío que el idiota dejó (tienen distinta forma), pero puede que se sume a esos número negativos y le permita estar un poquito más cerca de ese cero que equilibra la ecuación.

No dejes que se lleve tus ganas, tu risa. Las arrastrará consigo como un hilo enredado en su zapato, no sentirá la ausencia, No sabrá que los tiene. Te prometo que estaré buscando nuevas pistas para encontrar lo que fue tuyo, reconstruir lo que él destruyó y volver a llenar el hueco que dejó su visita. Y una vez reconstruida vamos con carros alegóricos a exhibirle la versión mejorada e inalcanzable en la que te transformó. Obviamente, el imbecil no entenderá el suceso y aplaudirá el desfile con la lengua asfixiada entre los dientes.





7 comentarios:

Damb dijo...

Qué apropiadas las metáforas!!!
Me encantó el juego de las palabras, cómo pueden seducir y hacerte reflexionar ...
La verdad es que sentí ese escrito como parte de una metamorfosis en un ámbito de mi vida.
Sólo te felicito ... hace mucho tiempo que no quedaba satisfecha y encantada con un texto.
Saludos :)

Anonymous dijo...

amiga, me hiciste llorar!, escribes tan lindo, te juro que no te decepciono... ya fue suficiente lamentación

Anonymous dijo...

esto es solo para ti; siempre te apoyare linda, si tienes que llorar te secare las lagrimas, si tienes que reir, reire contigo, si tienes que hablar te escuchare y si solo quieres callar, yo te abrazare. TKM hermana postiza. besos

({)....

Njosnavelin dijo...

Gracias :)

A veces es más fácil entender el porque de las cosas cuando están escritas...

Sólo con escribirlo.

Anonymous dijo...

Ufffff, bello, simplemente bello, sí es cierto, tanto imbecil dando vueltas por ahí... pero no hay imbecil que merezca lagrimas, penas, angustias de ti... Sigue adelante, no te cuestiones tanto y mucho menos trates de entenderlo, eso nunca lo lograrás. Besos.

Escribes bello hermana mía!!!!!

Máxima dijo...

Confieso: es la primera vez que ingreso a éste blog -¿POr qué?- ... por distraída.
Afirmo: me regresaste la nostalgia, que ya había olvidado...
Realmente es el primer texto que he leído de este sitio - estoy contenta con la visita-. Observo y pregunto, ¿imbecíl,lleva acento?, quizás fue un descuido -tuyo- o una equivocación mía!
Un día vi una imagen de Mafalda con un curita en la mano y decía "BUENO ¿Y CÓMO LE HACE UNO PARA PEGARSE ESTO EN EL ALMA?, quedé pasmada - simplemnete no se puede-, que daría yo... porque ése tipo de dolor se arreglara con un "curita"...
quizás estemos en sintonía con el dolor - o estuvimos -, sólo yo sé lo que he sufrido a causa de esto.
Simplemnete has de comprender que todo estaba bien... "Hasta que encontró esa muchacha que le sorbió los sesos"...
saludos y felicidades, un gran abrazo.
P.D. Te mando recuerdos...

María De Los Ángeles Fajardo Vásquez dijo...

hola quisiera que comentaran mis escritos, soy nueva quiero aprender

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